miércoles, 29 de abril de 2015

La primera piedra en el camino

A pesar del esfuerzo que hemos invertido en detectar de forma temprana la sobredotación de nuestro hijo, parece que el resultado se hará esperar. En el primer paso, nos han dado con la puerta en las narices.

Hablamos con la tutora sobre el resultado de la evaluación privada, que confirma lo que suponíamos, y ella seguía sin "verlo". Le entregamos copia del informe, tanto a la tutora como al orientador, y solicitamos una reunión para hablar del niño. Nos reunimos con ellos un día y nos decepcionó mucho su decisión: no van a tomar medida alguna ni evaluarle tan siquiera, mientras la tutora "no lo vea", el niño no muestre aburrimiento o mal comportamiento en clase, y textualmente, van a esperar a que "florezca". Consideran que el colegio por ahora está cubriendo adecuadamente las necesidades de nuestro hijo, y ya está. Qué decepción nos llevamos tanto mi marido como yo. No comprendemos cómo es posible que piensen que nuestro hijo de 3 años, con un CI de más de 160 y una edad mental de casi el doble que la cronológica, no necesita atención individualizada.

¿Dónde dice la ley que para dar atención a un niño con altas capacidades, éste tenga que tener mal comportamiento o aburrimiento? ¿No se dan cuenta de que muchos niños se camuflan en clase para parecer igual que sus compañeros y sentirse parte del grupo? Si nuestro hijo "no pide más" es porque no se atreve. De hecho, estos días le sugerimos que las preguntas que nos hace en casa (sobre el cuerpo humano, la vida etc) se las haga a la tutora, y que si le apetece hacer alguna ficha más, que se la pida a ella, pero él nos responde "no, es que me da vergüenza". Después de 8 meses de curso, aún le da vergüenza preguntar a su maestra, y eso que fuera del cole es un niño extrovertido, que habla con todo el mundo, que para a ancianos por la calle para contarles su nombre y donde vive... No sabemos por qué, pero el niño no es él mismo en clase y eso es un problema, no pueden decir que todo va bien; se supone que cuando son tan pequeños tienen espontaneidad, no fingen ser lo que no son. ¿Y no comprenden también que si el niño sabe contar hasta 30 y se pasan todo un trimestre estudiando machaconamente el número "3", no puede ser positivo para el niño?

Como no somos personas fáciles de conformar, pedimos cita con el Equipo de Altas Capacidades de la Comunidad, y hemos salido de la reunión bastante esperanzados. Han sido muy amables, han escuchado todo lo que teníamos que decir y nos han informado de que ellos no evalúan sino que asesoran a los orientadores en su trabajo, aportan material, etc. Han decidido llamar al orientador y convencerle de que tiene que atender al niño, de una forma u otra, pues esperar no es una opción. De modo que ahora queda esperar a que nos llamen y nos informen si han convencido al orientador. Cruzamos los dedos.


martes, 28 de abril de 2015

La realidad no es como la pintan

Cuando algún familiar o amigo cercano se entera de que tienes un hijo con sobredotación intelectual, te suele decir: "pues vaya suerte tener un hijo así", "qué fácil van a ser para él los estudios", "podrá hacer lo que quiera en la vida", etc. Y por dentro piensas: "¡ojalá fuera todo tan fácil!". Evidentemente una alta inteligencia tal vez le ayude a conseguir más logros en la vida, pero sólo es una herramienta. ¿De qué sirve un bisturí de cirujano si no estudias medicina? ¿Para qué sirve un piano si no sabes tocarlo?. La sobredotación es un rasgo más que puede tener una persona, del mismo modo que tener el pelo rubio o moreno, ser guapo o poco agraciado, tener don de gentes, sentido del ritmo, etc. En este caso, es una característica que marca mucho, y que implica unas diferencias con respecto a la población en general, tanto en la forma de pensar como de aprender, pero no es garantía de éxito en absoluto.

Miras a tu hijo y ves a un niño de 3 años cariñoso, dulce, sociable, activo y feliz, con inmensas ganas de descubrir y aprender. Pero te preguntas si se adaptará bien al colegio o se aburrirá, si tendrá buenos amigos, si los maestros responderán a sus miles de preguntas o le "caparán" la curiosidad para adaptarlo al grupo, si le permitirán compartir sus aficiones reales o tendrá que aparentar que hace lo que la mayoría considera "normal"... En resumen, si podrá seguir siendo él mismo.

En el mundo hay una gran diversidad en general, pero aún hoy en el siglo XXI, resulta difícil aceptar las diferencias. Se ve a menudo en los comentarios de la gente sobre cualquier persona que tenga algún rasgo diferente: le miran mal, con cautela, con inseguridad, o si es una característica positiva, entonces le envidian y critican. Así es la sociedad en la que vivimos, en la que vivo yo y en la que crecerá mi hijo. A medida que se haga mayor, tendrá que decidir entre ser él mismo y aceptar las críticas, o camuflarse y aparentar estar dentro de la cuadrícula. ¿Y qué es mejor? Nadie puede darle la respuesta correcta.

Durante mis primeros años en el colegio, yo elegí ser espontánea, natural y actuar sin preocuparme del qué dirán. Esta decisión conllevó ventajas tales como sacar muy buenas notas o llevarme bien con los profesores a los que les gustaba que hicieras preguntas. Pero también implicó jugar sola en el patio, no tener invitaciones a cumpleaños, llevarme coscorrones de los profes que se cansaban de mi inquietud, oir murmullos o risitas cuando "la empollona" hacía una pregunta, sufrir acoso escolar... Así que al ir haciéndome mayor, fui buscando un cierto equilibrio y aprendí a disimular, a hacer las preguntas al profesor en tutorías en lugar de durante la clase, a reirme de lo mismo que el resto de compañeras, etc y de esa manera me integré mejor, aunque no por ello dejé de sentirme diferente. 

A mi hijo intentaré no darle consejos sobre qué opción es mejor tomar, sino que le apoyaré en aquello que decida; compartiré mi opinión y le animaré a tomar sus propias decisiones, que unas veces serán acertadas y otras veces no, como le ocurre a cualquier otra persona. Al fin y al cabo, de eso trata en parte la vida: aprender a base de aciertos y errores.

domingo, 26 de abril de 2015

¡PRESENTEMOS UNA QUEJA AL DEFENSOR DEL PUEBLO!


Es habitual escuchar a otros padres de niños con altas capacidades que a sus hijos no les están atendiendo adecuadamente en el colegio. La ley marca que estos niños son alumnos con necesidad específica de apoyo educativo, pero en muchas ocasiones no les consideran como tal en los colegios, y no les atienden de forma individualizada. En otras ocasiones, las Comunidades Autónomas ponen tantos requisitos para reconocer las altas capacidades, que muchos niños se quedan sin antender. Y a otros que sí les reconocen, no les dan la atención que necesitan porque no presentan problemas o se camuflan en clase.

Nos quejamos dentro de la familia, con otros padres, en facebook, en foros de internet... Pero estas quejas solamente nos aportan un poco de apoyo y comprensión. Es necesario hacer algo más práctico, que sirva para intentar solucionar el problema.

Se me ha ocurrido que podríamos presentar una queja al Defensor del Pueblo. Es una institución que se dedica a supervisar la actividad de las Administraciones Públicas e investigar cualquiera de sus actuaciones que pueda ser irregular, tanto de oficio como a partir de quejas de los ciudadanos. En su página web podéis leer más información: Web del Defensor del Pueblo

La actual Defensora del Pueblo desde 2012 es Dña. Soledad Becerril Bustamante y está auxiliada por dos adjuntos: el Adjunto Primero es D. Francisco Fernández Marugán, y la Adjunta Segunda, Concepció Ferrer i Casals. 

Interponer una queja al Defensor del Pueblo es gratuito y puede obtener muy buenos resultados, si somos suficientes padres los que acudimos a esta institución y les hacemos comprender lo importante que es el problema para nuestros hijos. Por favor, presentad la queja, no lo dejéis pasar.

He creado un modelo de queja, basado en la experiencia que hemos tenido mi marido y yo, y he incluido indicaciones para que lo adaptéis a vuestro caso particular. Está en formato Word y puede abrirse también con OpenOffice, que es gratuito.

PROCEDIMIENTO PARA PRESENTAR LA QUEJA:
  1. Redactar el escrito vosotros o descargar aquí el modelo que he elaborado yo (para descargar, hacer clic en el botón verde "Download"), y modificarlo, adaptándolo a vuestro caso particular. Todo lo que está entre los símbolos < > debe ser cambiado por los datos reales, y las indicaciones en rojo, deberán ser borradas antes de presentar el escrito, pues sólo son aclaraciones para que adaptéis bien el escrito. Revisadlo bien al terminar. Y si tenéis algún problema con la descarga, podéis preguntarme en este blog, o por correo electrónico.
  2. Enviar por correo electrónico a esta dirección: registro@defensordelpueblo.es. Ellos os confirmarán la recepción del mensaje, y tras un tiempo de estudio, os indicarán si se ha admitido a trámite la queja o no. En lugar de utilizar la vía electrónica, también puede presentarse mediante correo certificado, a la siguiente dirección:
Defensor del Pueblo
C/ Zurbano, 42
28010, Madrid

Existe también otros modos de presentarla, los podéis ver en esta sección de la web del Defensor: http://www.defensordelpueblo.es/es/Queja/Como/index.html

A ver si conseguimos que esta institución se involucre en este problema y nos ayude a solucionarlo. Presentad la queja lo antes posible para que el mecanismo comience a moverse. ¡Animo! ¡Podemos conseguirlo!

La queja que adjunto es sólo un modelo y cada familia puede adaptarlo a sus circunstancias particulares: no quieren evaluar al niño, le han evaluado pero no toman medidas, toman medidas pero son insuficientes  etc. Lo importante es que lleguen muchas quejas y el Defensor comprenda que no es un caso puntual, sino desgraciadamente, muy habitual.

Enlace al modelo de queja: 
http://www.mediafire.com/download/3gr7k2r6so6ey1a/Queja_Defensor_Pueblo_AACC.doc



viernes, 24 de abril de 2015

Al principio del camino

Hace pocas semanas nuestro hijo de 3 años fue evaluado en un centro especializado en altas capacidades, y le han detectado sobredotación intelectual, con un CI de más de 160 en la escala de Stanford-Binet y una edad mental de casi 6 años.

Lo que hasta ahora era una sospecha, se ha confirmado. Cuando te explican los resultados, te surgen muchas dudas, que se suman a las que de por sí ya tiene cualquier padre o madre, y que te dejan un sabor agridulce. Por una parte, te sientes feliz de que tu hijo tenga una alta inteligencia, que puede ser, al menos en teoría, una buena herramienta para darle más oportunidades de logro en la vida. Pero por otro lado, te preocupa si vas a poder cubrir todas sus necesidades, qué opinará la familia, qué ocurrirá en el colegio cuando les informes, qué pasará con sus amigos y sus padres, y en general, te preguntas si la sociedad le permitirá desarrollarse plenamente, tanto a nivel intelectual como emocional.

Yo también tengo sobredotación, aunque a mí me la detectaron siendo ya adulta, y mi niñez fue bastante complicada, por decirlo de forma suave. Pienso que mis experiencias podrán servir a mi hijo para allanarle parte del camino, y evitar al menos que tropiece en las mismas piedras que encontré yo. Él encontrará otros obstáculos, y ahí estaremos sus padres para apoyarle, ayudarle a levantarse cuando se caiga, y animarle al llegar las cuestas y las tormentas. Y ojalá cuando crezca y mire hacia atrás, tenga buenos recuerdos de su infancia, de sus años de colegio, de sus amigos, y un montón de vivencias positivas, pues eso significará que podrá construir su vida de adulto sobre una base estable y adecuada.

Este largo camino que emprendemos lo quiero compartir con todos los padres y madres, tanto aquéllos cuyos hijos también tienen altas capacidades, como los que no las tienen, pues estamos todos en el mismo barco y todos queremos lo mismo: que nuestros hijos sean felices. Las altas capacidades son un rasgo más de la persona, no una cuadrícula para que te encierren en ella y te aíslen del mundo exterior. Son niños como los demás, con sus virtudes y defectos, y necesitan amor, respeto y comprensión como cualquier otro ser humano.

Y dadas las dificultades que estamos encontrando en el colegio para que le ofrezcan la atención individualizada que necesita, se me ha ocurrido una idea para que todos los padres que se encuentren en nuestra situación, podamos hacer algo. Lo iré comentando en artículos posteriores.